Tenemos el honor de presentar a la autora de la portada de la Revista de las Fiestas de Nuestra Señora la Virgen de la Cabeza.
Desde hace unos años hemos venido siguiendo con interés los trabajos de Eva Izquierdo, a través de sus publicaciones en las redes sociales, dejando a sus observadores conmovidos por la belleza que desprenden sus obras y por descubrirnos con ellas algo que normalmente no es visible a través de la mirada y que ella, lo hace visible y nos introduce en su rico mundo de emociones, del que destacamos " la ternura" .
A Eva la vemos en su tiempo libre, porque no se dedica a este arte a nivel profesional, ejerciendo esta laudable pasión por la fotografía en la que, con la modestia que le caracteriza, nos recuerda siempre que está en constante formación. Y así es como sus seguidores la vemos, llena de ánimo, conjugando esfuerzo y talento para lograr que las imágenes captadas nos entreguen el mejor de los regalos. Destacamos sus merecidos premios y reconocimientos, otorgados por especialistas en el ámbito.
Pero, insistimos un poco más, en que para el público en general hay algo que hace especiales las fotografías de Eva y sin ánimo a equivocarnos aunque nuestra valoración sea incompleta, es esa cualidad de lograr que el espectador descubra lo que normalmente es ignorado pero que singularmente encierra el valor de las cosas, de los paisajes y de las personas. Es en ese momento, en el que contemplamos sus imágenes, cuando creemos tener más sentidos de los que tenemos, más sabiduría, más consciencia. Ella hace que nos sintamos únicos y especiales cuando su fotografía nos mira.
A continuación solo unas breves palabras para agradecer la hermosa fotografía de la Virgen de la Cabeza, que forma parte de la portada de la Revista y de la que hablaremos en próximas publicaciones:
Esta Sagrada Imagen de Nuestra Señora de la Cabeza es la más dulce y amorosa que se nos ha podido ofrecer. Todos a lo largo de nuestra vida tenemos necesidad de contemplarla y de alabarla desde una distancia más corta. Ahora nuestro corazón podrá hablarle tan dulcemente como se merece y nuestros gritos y ruegos clamando su ayuda serán oraciones fervorosas.